sábado, 4 de junio de 2011

DAENS

La película cuenta la historia del sacerdote Daens, que vive en el siglo XVIII. Es destinado a Bélgica, y allí descubrirá cómo los obreros de una pequeña ciudad son explotados por un sistema capitalista, controlados por un puñado de ricos que tan solo ansían más y más riquezas, aun sabiendo lo que esto trae consigo: el hambre, la pobreza y la miseria de estos obreros, que cobran un salario indigno por sus largas jornadas de trabajo y que en ocasiones son despedidos tan solo por su edad o por sus ideologías políticas. Daens jugará aquí un papel importantísimo, adentrándose en el camino de conseguir la igualdad entre todos los ciudadanos, en todos los sentidos.

La sobreexplotación inhumana que sufren los obreros a diario por la sociedad capitalista en la que les ha tocado vivir. Estos trabajadores, siendo conscientes de que son manipulados, controlados como si tan solo fueran marionetas que el titiritero puede desechar cuando ya no le resultan útiles, siguen acudiendo día a día a su lugar de trabajo, con jornadas de más de 10 horas, en el que no existen medidas de seguridad ni precauciones, y el mínimo descuido puede provocar la muerte.

Esas explotaciones como las que podemos ver en la película existen y han existido siempre a lo largo de la Historia. Cuando unas pocas personas controlan el poder, son muchos los afectados por su ilimitada autoridad. Las ciudades o pueblos que están sometidos a la voluntad de estos tiranos deben hacerse oír; no pueden permanecer más tiempo callados frente a las injusticias. Aunque a veces resulta muy difícil gritar, sobre todo cuando tienes a tu cargo una familia entera que alimentar.

La prensa era uno de los pocos medios de comunicación existentes en aquella época, y los diferentes diarios informaban de los cambios que se iban produciendo en el país, según su diferente punto de vista e ideologías políticas.

En una sociedad como la que nos muestra la película, son pocas las personas que saben leer y que tienen un mínimo de cultura (pedagógicamente hablando). Tan solo los ricos, como el clero y otros sectores acomodados de la población, gozaban de saber. Los repartidores de prensa podían leerles las noticias del periódico que ofrecían.

Con esta reflexión, Daens quiere hacer ver a los obreros que la clave de todo está enpermanecer unidos, mostrando complicidad y fortaleza; porque si hay algo que tienen en común es que persiguen y luchan contra lo mismo: demandan una vida dignaen todos los sentidos, y para eso es necesario e imprescindible enfrentarse a su enemigo universal, la Iglesia Católica.


Sara.